La Escuela Escalante cierra sus cursos de teatro dirigidos a diferentes colectivos con el 100% de ocupación
La Escuela Escalante cierra sus cursos de teatro dirigidos a diferentes colectivos con el 100% de ocupación
La Escuela de Teatro Escalante celebra su fin de curso con gran éxito de asistencia y experiencias muy enriquecedoras. Todas las plazas quedaron cubiertas en cada uno de los cursos que se han desarrollado desde diciembre, tanto para niños y adolescentes, profesionales de las artes escénicas como para los colectivos con necesidades específicas.
Cerca de 250 personas han podido disfrutar de esta oferta formativa que ha hecho posible que la Escuela se haya convertido en un referente para la docencia de artes escénicas de la ciudad de Valencia, siempre desde una perspectiva de servicio público, accesible y de calidad.
Con la intención de acercar el teatro y convertir la formación en un instrumento de desarrollo personal y social, desde hace 26 años la Escuela de Teatro Escalante ofrece cursos para escolares menores de 17 años.
Laboratorio de la interpretación contemporánea
A la continuidad de los cursos de la Escoleta, Josep Policarpo sumó desde que se hizo cargo de la dirección de Teatros de la Diputación hace tres años, otros nuevos. Por una parte, puso en marcha la Escuela Permanente para Profesionales de las Artes Escénicas para ofrecer talleres mensuales y seminarios a cargo de especialistas de reconocido prestigio. Un espacio que se ha convertido en un laboratorio de la interpretación contemporánea que ha abierto fronteras y está ofreciendo oportunidades inimaginables hace unos años para la profesión valenciana. Profesionales de la talla de Paco Zarzoso, Isabel Rocati, Adriana Ozores, Carles Alfaro, Andrés Lima, Jordi Casanovas, Denise Despeyroux, Verónica Ronda, Francesc Fenollosa, Antón Valen o El Pont Flotant, han sido algunos de los nombres encargados de estos seminarios. Espacios para el aprendizaje teatral que, como manifiesta una de sus alumnas, la actriz Nina Baixauli, son “tan interesantes como necesarios para poder reciclarnos y seguir con nuestra formación académica”. Su gran variedad, señala, “nos ha dado la oportunidad de especializarnos en nuevas materias, de conocer las pautas del monólogo para hacer reír, como nos ha enseñado Maria Juan; profundizar en la interpretación a través de lo que el director Andrés Lima denomina “la calidad” y poder así conjugar lo “esencial” que propone el texto con lo “personal” que propone el actor; o adentrarnos en el canto profesional con la maestría de Andrés Navarro”.
Teatro terapéutico
La nueva dirección del Escalante amplió a su vez la oferta formativa con programas específicos dirigidos a personas con diversidad funcional, para mujeres en riesgo de exclusión o para víctimas de violencia de género. Tere y Consuelo, de 57 y 52 años respectivamente, llevan 3 años en los cursos para mujeres y ambas definen su experiencia como algo “muy terapéutico”. “Gracias a estos cursos he aprendido a desenvolverme con confianza en la vida y me han ayudado mucho para ejercitar la memoria. El teatro es como una meditación, vivir el aquí y el ahora, calmar la mente durante las cuatro horas que dura la clase es una maravilla. Además, hay muy buen ambiente y profesores y alumnos terminamos siendo una familia”, explica Tere. Una vivencia muy cercana a la de Consuelo, quien defiende que el teatro es sanador: “A mí, el teatro me ha ayudado a centrarme, a recuperar la ilusión y la alegría, me ha cambiado la vida hasta tal punto que incluso me he presentado a castings y he hecho algún papel pequeñito en una película”. Y todo ello, incide, “con unas buenas compañeras y unos cursos llenos de armonía”.
Como broche final al curso, los alumnos ofrecerán diversas muestras sobre el escenario de la sede de la Escuela Escalante, ubicada en el Centro Juvenil de Algirós. La Escuela cerrará así sus puertas para volverlas a abrir el próximo año académico y seguir haciendo de la enseñanza del teatro una poderosa arma de construcción artística y social.