Luna

Lluna es una coreografía infantil guiada por la experiencia visual de una gran tela que se transforma en escena.

El carácter especial de este tejido es el hilo conductor de la narrativa de la pieza porque es un elemento que va cambiando: es al mismo tiempo escenografía, espacio, vestuario e intérprete.

Los niños ven la tela, observan cómo se transforma y la historia que ella misma genera, miran como el tejido cambia a los intérpretes y al espacio donde finalmente son invitados a entrar y jugar.

Es esencial en esta pieza el hang, un instrumento acústico que es utilizado al final del espectáculo en un concierto breve dentro de la estructura textil. El sonido como elemento evocador, abstracto y que da sentido narrativo al espacio que contiene: la tela totalmente hinchada que finalmente es la nave espacial.